domingo, 13 de mayo de 2007

A propósito del Simce

No es nuevo escuchar que los establecimientos particulares pagados se ubican al tope de los ránkings de mejores puntajes en el Simce, tampoco es nuevo volver a ver a través de la prensa cómo niños y niñas de sectores populares pertenecientes a escuelas del sector público luchan con la lectura y las operaciones matemáticas en vergonzosos ejemplos de ello, carece de originalidad por cierto el argumento de que se ha invertido como nunca antes en educación, de que el sueldo de los docentes se ha mejorado sustancialmente y entonces... ¿Qué es lo que pasa? Pasa que no hay innovación en el plano de la educación en Chile y no me refiero a aquella en que se planteen nuevos paradigmas para enfrentar el mundo cada vez más incierto en el que vivimos, falta la innovación moral, sí moral que equipare la vergonzosa brecha que existe entre los niños y las niñas de este país, que logre entregar de una vez y sin recurrir a extenuantes procesos de selección y proyectos los recursos para los que tienen menos, una inversión real y no "en la medida de lo posible".Eso sí que sería nuevo, digo yo.

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